Para cometer un delito basta un segundo, sea cual sea, y esto sin duda que merece un castigo, y la sociedad desde hace muchos años estableció, privar de libertad a las personas cada vez que éstas vulneren los derechos de la sociedad. Sin embargo esta situación limita al sujeto una vez que ha cumplido su condena, y que la cárcel realmente le ha servido para analizar su delito y comprometerse a que una vez que salga en libertad, realizará una vida normal, en base al respeto y el bien común.
Sin embargo, la sociedad es quien muchas veces no permite que esto se realice así, ya que las personas que estuvieron privados de libertad, cada vez que vuelven a ingresar a la sociedad y buscan trabajo, la mayoría de ellos son rechazados por el echo de haber cometido un delito. Entonces ¿como se pueden rehabilitar o demostrar que están rehabilitados, si no se les da la oportunidad de demostrarlo?. Ponerse en el lugar del empleador tampoco es fácil, es comprensible que exista cierto temor de que las personas vuelvan a cometer otro delito ahí dentro, pero antes de rechazar, se puede perfectamente analizar las causas, de por qué fue detenido y como fue su conducta dentro del recinto penal, y otorgar un trabajo que no tenga mayor responsabilidad, solo así, estaremos dando reales oportunidades de una nueva vida a personas que se merecen creer en ellos una vez mas, y que nos demuestren que el cambio si existe, pero si nosotros como sociedad no lo realizamos, estaremos cayendo en un circulo vicioso, donde las personas que han sido discriminadas y rechazadas, no les quedara mas alternativa que robar, o cometer delitos para poder vivir, y nuevamente volverá a caer en la cárcel, generando un circulo del que ya no podrá salir.
Hoy es la oportunidad de hacer algo, hago un llamado a los empleadores a dar nuevas oportunidades, trabajos pequeños, sueldos mínimos que harán sentir a la persona cómoda y demostrarle que el trabajo dignifica, y aplicando lo que aprendió con el castigo.
Si la oportunidad se da, el cambio se demostrara.
